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lunes, 18 de noviembre de 2013

Libertad en los procesos educativos como estrategia de desarrollo social


Hoy día se difunde un creciente interés por la calidad de vida, en el cual se sustentan no solo  los programas de gobierno en todas sus instancias como fin último, sino de los proyectos de los individuos dentro de la sociedad; a partir de lo cual se han diseñado indicadores que apoyen la toma de decisiones para impactar de manera positiva el nivel de la misma en la humanidad, como resultado perceptible del desarrollo socioeconómico de la sociedad, generando en consecuencia recientemente, procesos de evaluación sistémica y científica en los ámbitos de la salud física y mental, la educación, la economía, la política y el mundo de los servicios en general.

 

En su concepción más amplia, la calidad de vida recibe la influencia de factores como empleo, vivienda, acceso a servicios públicos, comunicaciones, urbanización, criminalidad, contaminación del ambiente y otros que conforman el entorno social y que influyen sobre el desarrollo humano de una comunidad (Jurado, Avila, 2002). Según Jurado y Ávila, el nivel de educación influye para las oportunidades de empleo, el autocuidado y la salud en general. En el marco conceptual de conductas "riesgo" se encuentra el uso de tabaco, alcohol y drogas que imponen una amenaza a la salud, debido a sus consecuencias a corto y mediano plazo. En zonas marginadas, la pobreza deriva en falta de servicios, en desnutrición y en un mayor riesgo de adquirir enfermedades transmisibles. Todos estos factores sociales afectan negativamente tanto a la salud como a la calidad de vida de una persona en su comunidad.

 

Calidad de Vida es la percepción del individuo de su situación en la vida, dentro del contexto cultural y de valores en que vive, y en relación con sus objetivos, expectativas, valores e intereses (Group WHOQOL ,1993), es decir, que su estado dentro de un determinado contexto, puede medirse en torno a la calidad de las condiciones de vida, la satisfacción personal y los valores personales intrínsecos.

 

La educación como ámbito de evaluación de la calidad de vida, cuyo nivel define el nivel de desarrollo de una sociedad e influye directamente en las oportunidades y calidad de empleo y salud en general, es definida por Núñez (1999) como “una actividad o proceso permanente de transmisión de cultura, de elementos de socialización y de creación de conciencia crítica que tiene por fin formar, transformar, orientar la vida humana para que ésta llegue a encauzarse, con la mejor disponibilidad posible, en la vida cultural y social.” En este proceso, el profesor Wilmar Peña Collazos (2011) afirma que Frente al caos económico, social, político y somático de las individualidades, que se despliega como una pandemia de orden mundial, no podemos ser ciegos ni mucho menos indiferentes. Quienes sentimos una preocupación consciente por la calidad de vida de la humanidad deberíamos restablecer los modos para generar un Estado de bienestar que se instale en nuestros territorios y refunde una nueva concepción de libertad en torno a los procesos educativos.

 

Esta libertad en los procesos educativos, atendiendo la responsabilidad social que conlleva el rol del docente, en el marco de los planteamientos de la psicología cognitiva, según los cuales un conocimiento no es pertinente si no muestra que es capaz de interpretar y transformar el contexto; es la que crea un ambiente para que el docente en su papel de líder, de transmisor de cultura, de elementos de socialización, lidere la creación de una  conciencia crítica y la orientación de la vida humana acorde con las potencialidades del entorno. Es en este momento cuando en la experiencia docente se genera la oportunidad de orientar al aprendiz para que conozca su entorno y la forma como este opera de manera detallada, generando capacidades para analizarlo y formular soluciones a la problemática identificada desde cada una de sus aristas, a través de proyectos de innovación social, productivos o de ciencia y tecnología, que pueden insertarse exitosamente en los sistemas, mecanismos y programas de gobierno como única plataforma que integra todos los sectores de la economía para su desarrollo en el ámbito de incidencia y a partir del cual los estudiantes inicien su vinculación al sector productivo con las competencias que le permitan realizar aportes significativos desde su participación en la línea de acción definida, en la cual encuentre una opción de vida para desarrollarse y obtener los medios que le brinden la posibilidad de mejorar su calidad de vida.

Entre tanto esto no suceda, nuestras generaciones con especial atención a las poblaciones de esta parte del mundo en vía de desarrollo, en el que la brecha entre ricos y pobres se hace cada vez más amplia, dada la poca participación ciudadana, como resultado de la baja capacidad crítica y argumentativa de una parte importante de la población, para decidir en el marco de la democracia y la posterior intervención desde el rol de la competencia, continuara aletargándose  la generación de mejores condiciones de vida y desarrollo social.

Desde el rol docente en el caso particular, se observa como a pesar de las condiciones de libertad dispuestas dentro del proceso educativo, es generalizada una actitud que no evidencia el desarrollo del librepensamiento y la capacidad crítica, cuando la población estudiantil inicia procesos de protesta de manera conductista, sin conocer los procedimientos, mecanismos y vías de intervención de las problemáticas sentidas y en la cuales se observa el desconocimiento de los mecanismos de intervención formales y efectivos, en el marco de la sociedad del conocimiento, de información y de red, así como una ausencia general de la identificación del papel de los afectados en la solución de tales problemáticas.

Por lo anterior, el nuevo concepto de la libertad en los procesos educativos, debe ser capaz de identificar las particularidades de contexto de la población discente, brindando herramientas e implementando didácticas para la aplicación y generación de los conocimientos,  que contribuyan a comprender su problemática  y las formas de intervenirla de manera crítica y constructiva, en correspondencia con esa libertad, fundamentada en el conocimiento de la verdad… y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres (Jn 8:32).

Bibliografía:

Velarde-Jurado, Elizabeth, Avila-Figueroa, Carlos: Evaluación de la calidad de vida, Revista Salud pública Méx v.44 n.4 Cuernavaca jul./ago. 2002, en http://www.insp.mx/salud/index.html



Núñez, Violeta: Los nuevos sentidos de la tarea de enseñar. Más allá de la dicotomía «enseñar vs asistir» - Revista Iberoamericana de Educación, 2003 - redalyc.org.

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